Rojo amanecer

Se asomó sola por la escotilla para ver amanecer. Fuera, el cielo bailaba al compás del sol que perezoso, se asomaba por el horizonte tiñendo el cielo con paleta de artista. Primero, tonos violetas, azules salpicados con  briznas naranjas...

El mar plateado aún dormido, se dejaba acariciar por los colores calidos que desprendía  el  astro. Después sin previo aviso, un rojo intenso lo enciende todo.

Dentro,  acompasada con  los rojos del amanecer, una mancha se extiende lentamente por la sabana que resbala por el borde hasta caer de forma suicida sobre el suelo.

Ella, con las caricias de él  tatuadas en el rostro sonríe,   mira el cuerpo que sobre la litera parece dormido. Y ya   sin miedo,  enciende un cigarrillo mientras murmura. Hoy,  no será mi sangre la que tiña la moqueta del camarote.

Encarna