Las tres princesas

En un lejano país, vivían tres hermosas princesas. Una de ellas, la mayor, soñaba con un hermoso príncipe que la llevara a lejanos y preciosas tierras. Cada tarde salía al jardín y junto al manantial, imaginaba como seria aquel a quien esperaba, lo soñaba alto, con tiernos ojos y modales exquisitos.

Las otras, más pequeñas, pasaban el día jugando y leyendo historias fantásticas, llenas de hadas y trasgos.

Sus padres se sentían felices al verlas crecer sanas y alegres. No obstante, el Rey aún siendo feliz con sus tres hijas ansiaba un hijo varón que le sucediera en el trono.

Una noche de luna llena paseaba el Rey por el jardín pensando como el destino le había negado un hijo varón, imaginaba como le habría enseñado a cazar y las conversaciones que tendría con el príncipe .Se sentó junto al manantial y mientras encendía su pipa vio reflejada el agua una extraña cara que le sonreía.

¿Qué haces aquí? Pregunto sorprendido.

Yo vivo aquí.

El Rey no salía de su asombro, ¿cómo que vivía en el manantial? Eso era imposible,

-¿Quien eres?

-Eso no importa, estoy aquí porque me has llamado.

-¿Pero que dices? , yo no he llamado a nadie

-No lo sabes, pero con tus deseos me has llamado .Vivo en el manantial desde hace más de doscientos años.

El rey no salía de su asombro, nunca había visto un ser semejante y menos en su jardín, el duende hablaba y hablaba y nuestro monarca nisiquiera había terminado de encender su pipa.

-Tus hijas me hacen mucha compañía, sobre todo Lourdes habla dulcemente a mis aguas y les cuenta sus más íntimos secretos .También se que deseas un hijo varón.

El rey abrió los ojos sin poder contener un grito de asombre.

-¿Pero como es posible? Soy muy feliz con mis tres hijas.

-Lo sé .Pero ¿Quién ocupara tu lugar en el trono?

El rey adoraba a sus hijas pero deseaba un hijo.

-Yo puedo hacer que tu deseo se cumpla .pero tendrás que darme algo a cambio .No tendrás que contestarme ahora .Si estas dispuesto vuelve dentro de siete lunas y hablaremos. ¡Ah ¡ esto será un secreto ni la propia reina debe enterarse ya que si alguien delata mi existencia desapareceré para siempre.

El rey quedo completamente aturdido ¿Donde había estado aquel ser todo ese tiempo? Volvió a palacio y medito durante días que hacer .Por otro lado ¿que le podía pedir a cambio? él era el rey y no tendría problemas en darle oro tierras e incluso algún ducado para que lo gobernara a su gusto. ¿Que podría necesitar un duende tan diminuto? No le podía pedir gran cosa a cambio de concederle su deseo.

Al fin transcurrieron los siete días en los cuales no creáis que el rey durmió tranquilo, (y es que no es fácil cuando te lo ponen fácil).

Esa noche el duende les estaba a esperando en el borde del manantial.

-¡Has venido¡ no podrás negarme aquello que te pide por eso debes pensarlo muy bien antes de decir SI .

- Soy el Rey , no tendré problemas en concederte aquello que me pidas .Por eso te digo SI QUIERO UN HIJO VARON.

- Sea esta hecho, tu esposa te dará una feliz noticia .

Tras estas palabras el duende se sumergió en el manantial.

El Rey lo llamó

- No me has pedido nada a cambio. Pero el duende ya había desaparecido .La noche era hermosa y el rey se quedo un rato observando las aguas cristalinas del manantial.

Cuando el rey llego a l palacio les esperaba su mujer, estaba pletorita y radiante , estaba esperado un bebe” Claro ella no sabia si seria un niño o una niña” pero al rey se le ilumino el rostro pensando que esta vez tendría un hijo varón tanta era su alegría que pronto olvido la promesa que había hecho al duende.

Lo que el rey no sabia era que en el jardín no había estado solo, Sandra una de sus hijas menores había presenciado la conversación de su padre con aquel ser tan extraño. ¿Que querría aquel duende. Seguro que no seria ni oro ni riquezas. Según las historias que leía con su hermana Marta , lo único que necesitaban los duendes era compañía , y había mencionado que su hermana Lourdes le hacia mucha , eso es le pediría la mano de Lourdes.

La princesita no podía creerlo , su padre había entregado una de sus hijas a un desconocido , aquello era terrible. Corrió a contárselo a sus hermanas que no salían de su asombro.

El tiempo pasaba , y a las princesas no se les ocurría como avisar a su padre de lo que sin duda pasaría.

Una tarde llego al castillo una anciana que pidió refugio para pasar la noche .Las criadas la acogieron en la cocina y la prepararon un aposento para que pasara la noche cómodamente, nuestras princesas que eran muy curiosas bajaron para poder ver como era aquella anciana .Su aspecto era tan apacible que se acercaron para poder hablar con ella.

De cerca no parecía ser tan anciana ,tenia los ojos del color de la miel y sus cabellos eran tan blancos y abundantes que no podían apartar la vista de ellos.

El rey estaba tan feliz por el inminente nacimiento de su hijo que invito a la anciana a compartir su mesa. Durante la cena conversaron amigablemente, y después al calor del fuego hablaron de los países que había recorrido la anciana y de las maravillas que había contemplado al otro lado del mar . Así paso el tiempo hasta que la reina se levanto y mando a las princesas a la cama.

Ya en su habitación M-S-L, dijo a sus hermanas.

- Parece una anciana muy sabia. ¿Porque no la contamos nuestra historia?

- No digas tontunas ¿Cómo vamos a presentarnos en su habitación y contarla nada? Además ¿Cómo podría ayudarnos?

- Quien sabe podemos intentarlo aunque como nos vea mama por los pasillos a estas horas vamos a tener otro problema.

 

En ese instante se oyeron unos golpecitos en la puerta TOC TOC....

- ¿Puedo entrar?

Las niñas se sobresaltaron y quedaron con la boca abierta.

- Creo que necesitáis mi ayuda pues tengo entendido que hay un Duende que necesita de vuestra compañía.( nuestras princesas no sabían que decir) .No os preocupéis estoy muy feliz, pues vuestra familia me ha tratado como si fuera un pariente cercano así que os he traído un regalo.

La anciana les entrego tres saquitos de terciopelo suave atados con un cordel dorado.

- Cuando me halla ido poneros lo que encontréis dentro y el duende no podrá haceros daño. (Felices sueños)

No os lo vais a creer, pero la anciana se esfumo, nadie la vio salir de palacio , nadie la vio entrar , ni nadie la conocía

pero todos la vieron sentada en la mesa de los reyes .Esto si es un misterio grande para una historia pequeña.

Marta Sandra y Lourdes abrieron el saquito y vieron un colgante del color de la miel, tornasolado y suave al tacto y a la vista era un preciosos Ojo de tigre, las muchachas se lo colgaron al cuello y desde ese mismo instante se sintieron más seguras y confiadas.

El tiempo pasó y con la primavera, nació el príncipe un hermoso bebe de pelo rojo y ojos del color de la miel. La familia estaba encantada y nadie se acordaba ya del Duende del jardín.

Al séptimo día del nacimiento, el Rey volvió a ver al duende.

- Buenas noches alteza vengo a por lo que me prometiste.

Otra vez el rey se sorprendió, no terminaba de acostumbrarse a esas repentinas apariciones.

-Buenas noches dime lo que quieres pues has cumplido lo pactado.

El duende sonreía maliciosamente, pues no dudaba de su victoria, tenia al rey donde quería.

-Quiero a tu hija S/M/L.

El rey retrocedió espantado. Eso no puede ser, te daré lo que me pidas, pero no a una de mis hijas.

El duende se enfureció y los ojos se le llenaron de odio.

-Quiero a una de tus hijas, un trato es un trato y me lo prometiste .Si no cumples tu promesa una terrible maldición caerá sobre ti y todo tu reino .Dentro de tres días volveré y me llevara a M/S/L.

El rey no sabia que hacer ,tendría que contarle todo a la reina , y sobre todo a sus hijas. De este modo llamo a su familia y les contó lo que había pasado, o parte de lo que había ocurrido , ya que no se atrevió a mencionar el trato que había cerrado con el duende.

La reina no sabia que pensar se moría de pena con solo imaginar a una de sus hijas separada de ella , pero las princesa quedaron tranquilas y dijeron a su padre.

- No temas, LO QUE TENGA QUE SER SERÁ Dentro de tres días todo se solucionará.

Los reyes no podían creer lo que les estaba pasando, pararon tres días horrorosos sobre todo el rey nisiquiera se atrevía a mirar a los ojos a sus hijas.

Pero las princesas estaban muy tranquilas y confiadas ya que sabían que el amuleto que les había entregado aquella misteriosa anciana, las protegería de todo mal

Cuando llego el día señalado apareció el duende, vio a las tres princesas radiantes no se podía decir lo mismo del rey

- Bien princesas, solo puedo llevarme a una de vosotras y tendió la mano a S/L/M. Pero al acercarse la princesa el duende vio el ojo de tigre colgado de sus cuellos y retrocedió paralizado, lo intento con las tres niñas pero no pudo acercarse a ninguna de ellas ya que el reflejo le cegaba y le llenaba de dolor.

De esta manera huyo de palacio y nunca mas se supo de él.

Con el tiempo las princesa crecieron y formaron su propia familia, y nunca se separaron de aquel amuleto que las protegió siempre.

 

Ah me olvidaba, el rey nunca , nunca se atrevió a contar a la reina el trato que hizo con aquel duende , y vosotros ¿Se lo vais a contar?.